Enea es un poco como esos momentos que no sabes muy bien cómo llegaron, pero ahí están. ¿Quién se tropezó con quién? No lo sé, la verdad. Pero tampoco importa. Lo que sí sé es que nos encontramos en el momento en que lo necesitábamos. Tan espontáneo, tan sencillo.
La palabra Enea proviene de mis raíces (Laura) y, en euskera, se traduce como “la casa de…”. Y eso de casa tiene un sabor especial, ¿no? Es como ese gustirrinin que te pone tan contenta: ahí es donde te preparan tu plato favorito (para Laura, un guiso de patatas; para Jose, un “pollo blanco”), donde pasas el día acompañada y donde, después de cada comida, siempre hay una sobremesa.
No puede haber algo más nuestro. Es local, es tradición, es autóctono. Y para nosotros, cada sábado, cuando nos preguntaban: “¿Adónde vais?”, respondíamos con una sonrisa: “Ancalagüela” (Jose).
cuando nos preguntaban: “¿Adónde vais?”, respondíamos con una sonrisa: “Ancalagüela” (Jose).
Enea es una colección inspirada en mis primeros pendientes (Laura), un regalo de mi amama que todavía conservo. Quería hacer un pequeño homenaje a esas mariposas que adornaban mis orejas cuando tenía 7 años. Quería unos pendientes que me representaran hoy, y así nació la idea de la crisálida.
La crisálida es ese pequeño nido donde la oruga pasa alrededor de 30 días antes de transformarse en mariposa, lo que yo llamaría su hogar. Con esta abstracción de la mariposa, nace la primera colección de Maripuri.
¿Y tú? ¿Qué palabra dices mucho, esa que es tan tuya y te define casi sin darte cuenta? A pesar del tiempo ¿qué objetó conservas porque guarda un pedazo de tu historia?
Así como Enea nace de esos pequeños pendientes de mariposa que aún conservo, Maripuri es un recorrido entre el pasado y el presente.